Estás mirando sin mirar, pensando y perdiéndote en tus pensamientos pero de pronto llega ese momento en el que te das cuenta de que hay gente que te valora, que siempre te ha valorado...pero que nunca te habías dado cuenta.
Resulta un tanto obvio, gracioso tal vez, porque siempre han estado a tu lado, siempre te han apoyado en todo lo que te propones, desde lo más mínimo hasta lo más descabellado que puedas imaginar.
Pero llega un momento en el que abres tus ojos a la realidad... ¿Entonces dónde estabas?...
siempre has estado aquí ignorando a todos los que te quieren, por el simple hecho de que has sido lastimado por alguien cercano a ti...y no deseas que nadie más lo haga.
Es ahí donde te vuelves frío, como un robot.
Pero te olvidas de los sentimientos que algún día sentiste, tan intensos, tan reales...y es bien sabido que siempre recordamos más las buenas cosas, que las malas...así que tu mente está tan nublada que sólo te enfocas en los malos sentimientos, dejando a lado a los buenos.
Entonces algo pasa...alguien entra a tu vida, alguien ordinario...todo sucede tan normal, pero un día te sorprendes con una sonrisa pensando en justamente esa persona que ha llegado a alborotar todos tus sentimientos, desenmarañarlos, esos sentimientos que habías dejado olvidados...
Alguien que te saca unas sonrisas increíbles e inesperadas, la única persona que hace que te quedes sin palabras, que sea el culpable de tus enrojecimientos con tan sólo escuchar su nombre, alguien que te sacude fuertemente como muñeco de juguete...y te das cuenta de que en ese momento, te estás empezando a enamorar...
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