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viernes, 31 de enero de 2020

El mundo es de los extrovertidos, el universo, de los introvertidos


Sí, estoy frustrado conmigo mismo otra vez. ¿La razón? La misma de siempre, la de todos los días, la que espero que no sea de toda la vida. Soy un ser introvertido en esta dimensión, la cual es mayormente liderada por extrovertidos. Es verdad, acabo de tener una entrevista de trabajo, y por mucho conocimiento y experiencia que tenga (con relación a muchos de mis compañeros de carrera), el último en adquirir un trabajo soy yo.

En la entrevista pude haber dicho que tenía un nivel de autismo tan bajo que casi es imperceptible pero que se hace evidente al entrar en situaciones de estrés como esa, que tengo ya diagnosticado un mutismo selectivo que no se quita ni con medicamentos, que soy una persona introvertida que se atrevió a aceptar esa entrevista porque el puesto demandará que me desarrolle tanto a nivel laboral, social como personal y que soy totalmente capaz de interactuar con las personas. Pero claro, no es de esperarse que todo este diálogo sólo ocurrió en mi cabeza, porque en realidad lo que pasó es que, a mi percepción, sólo pensaron que mentí en mi cv en cuanto a mi nivel de inglés, pues me trabé al hablar, y no sólo en inglés, porque como ya había entrado en crisis, también se me dificultó hablar en español.

Si tan sólo fuera una persona extrovertida, sería tan fácil e inclusive podría asegurar que el puesto ya es mío. Muy probablemente, también hubiera sido fácil haber hablado sobre mi vida en el nuevo grupo al que me uní, un círculo de mujeres, y así podrían haberme dado palabras de consuelo o apoyo acerca de las heridas de la vida que yo misme les hubiera mostrado en mis manos.

Seguramente, también hubiera dado un gran discurso de agradecimiento cuando me abotonaron como socia oficial de mi club Rotaract, enfatizando en cada fortaleza que veo en cada persona que compone el club y lo que he aprendido de cada una de ellas, diciéndoles lo mucho que las aprecio, finalizando con una gran frase motivacional para que nuestro club siga creciendo con esa misma o mayor fuerza de unión.

Aseguro sin temor a equivocarme, que me regañaría mucho menos mi abuela, pues a su parecer, no hablar con las personas sólo se debe a ser huraño y no tener educación, y no al hecho de que a los introvertidos se nos dificulta de manera inimaginable, interactuar con cualquier persona.
Hablando de ella y de mi familia en general, les garantizo que ellos sabrían cuánto significan para mí, lo maravilloso que veo en cada uno de ellos y les haría alguna que otra sugerencia para tratar de hacerles ver lo que a mi parecer, podrían mejorar en sus vidas personales.

Trato de ser un tanto transparente y hablar de la incomodidad y cansancio que me provoca estar en ambientes con muchas personas desconocidas para mí, así sea una conferencia, una fiesta, un concurso, un evento de networking, un curso nuevo, en fin, eventos donde tengo que ser un ser abierto al diálogo, de aspecto amigable y siempre con una buena plática para conocer al otro. Pero al hablar de ello, no me creen y hasta tienen el atrevimiento de reírse de mí, percibo que son seres carentes de empatía. Exacto, hablo de los extrovertidos con los que me relaciono a diario.

Quisiera agradecer infinitamente a esas amigas y amigues que han empatizado conmigo acerca de toda esta gran crisis interna. Sé que han pasado por situaciones similares o al menos, entienden que realmente, en un mundo de extrovertidos, ser introvertido es difícil.

A veces es tremendamente cansado vivir en un sitio donde tienes que relacionarte con las personas y además de eso, desconfiar un tanto de ellas, porque recordemos que la ciudad de México tiene un alto porcentaje de inseguridad.

Pero no todo es negativo en nuestro mundo introvertido, llegar a tener un basto conocimiento sobre nuestra propia persona, ser calmado, analítico, realmente escuchar a la persona con quien mantienes una conversación realmente trascendental, tener el placer de disfrutar de la soledad, son algunas de nuestras ventajas.

La lista puede seguir, pues seleccionamos mejor a las personas que creemos que son dignas de escuchar nuestras opiniones, podemos percibir con mucha mayor facilidad los pequeños detalles en las personas o en ciertas situaciones, es tan grandioso nuestro cerebro que inclusive podemos procesar una mayor cantidad de información, de hecho, científicamente usamos más áreas del cerebro que los extrovertidos; tenemos una mayor habilidad para la mejor toma de decisiones y resolución de problemas complejos, una gran capacidad de introspección, somos mejores candidatos para convertirnos en expertos en temas de interés, independientes al actuar, tenemos una visión holística que aprecio con toda mi esencia, un mayor autocontrol en situaciones de estrés, e irónicamente y muy a pesar de todo, somos mejores líderes porque realmente escuchamos y tomamos en cuenta las opiniones de nuestro equipo de trabajo.

 Así que (como Ximena Sariñana cantaría), ¿Qué tiene? Sí, la mayoría de las veces nos ven como personas reservadas sin ánimos de comerse el mundo a mordidas, pero ¿qué creen? Tenemos no sólo un mundo, sino un universo de pensamientos y emociones que son tan tangibles, reales y maravillosas, que no pueden describirse ni utilizando todas las palabras que ustedes, los extrovertidos, manejan tan bien en esta dimensión al interactuar con el mundo exterior. Somos dueños de dimensiones que ni siquiera se pueden explicar en esta dimensión en la cual vivimos todos, tanto ustedes como nosotros. Y eso, es invaluable.